Se han llevado a cabo numerosas investigaciones acerca de la relación entre las emociones y la manifestación física de dolor, e incluso, la aparición de enfermedades. ¿Sabes cómo afectan las emociones a tu espalda?
El dolor emocional y tu espalda
Se habla de dolor emocional cuando aparecen signos dolorosos en el cuerpo causados por emociones que no se han gestionado o se han reprimido.
También conocemos de sobra los efectos de nuestras emociones y cómo se relacionan con nuestro cuerpo. Por ejemplo: cuando estás asustado y el corazón se te pone «a mil por horas», cuando estás angustiado y sientes que tienes un «nudo en la garganta» o cuando estás nervioso y «se te aprieta el estómago».
Estas reacciones físicas es la manera que tiene tu cuerpo de manifestar las emociones y, aunque parece algo normal, en ocasiones resultan difíciles de gestionar. Las investigaciones han encontrado una relación clara entre el estrés y el dolor crónico, por ejemplo.
El dolor emocional puede aparecer debido a situaciones de estrés que tuviste en el pasado, o por situaciones actuales que provocan emociones intensas difíciles de gestionar. Has de escuchar atentamente lo que el dolor quiere contarte sobre temas que no has solucionado
¿Cómo afectan las emociones a tu espalda?
Si a menudo te duele la parte media de la espalda, la zona lumbar o entre cuello y escápulas, mira la relación que puede tener con un posible dolor emocional.
El dolor de espalda se relaciona con emociones ligadas a la responsabilidad, la culpa y el miedo. Es como si sintieras una gran carga que debes llevar a cuestas y en muchas ocasiones te desborda.
Pensar continuamente que debes atender a todo lo que se espera (o esperas) de ti, sentirte el pilar fundamental de la familia o del trabajo, te causan un estado de estrés y preocupación del que quizá no eres consciente. Pero tu cuerpo sí lo es y te pide a gritos que dejes de exigirte tanto.
La culpa, el miedo, la falta de amor propio y aceptación son otras de las causas de los dolores emocionales que afectan a tu espalda.
Aquello que hiciste hace un tiempo y te arrepientes por ello; aquello que no hiciste; responsabilidades que has aceptado cargar en tus hombros debido a la culpa o al miedo a perder algo (o a alguien)…
Toda esa carga suma y pesa en tu cuerpo. El dolor te hace una llamada de atención para que escuches y trabajes en soluciones.
*Puedes leer el artículo: 3 signos para identificar tu necesidad de aprobación
¿Cómo me quito el peso y el dolor en mi espalda?
Puedes pensar que la primera opción para el dolor es tomarte un ibuprofeno, pero eso es un parque que poco hará en un dolor emocional.
Para ir descargando tu espalda (o cualquier otro tipo de dolor emocional) debes hacer un trabajo de autoconocimiento y acción.
Por ejemplo, si tienes demasiado trabajo y esto ocupa casi la totalidad de tu tiempo: aprende a delegar. Busca a alguien que pueda llevar a cabo parte de esa responsabilidad y deja tiempo para hacer otras cosas y disfrutar de un pedacito de día para ti.
Si estás al cuidado de tus hijos o de un familiar, debes buscar un tiempo a lo largo del día para realizar otras actividades que te hagan sentir bien y te sirvan para llenarte de energía.
El cuidado de otros es un rol que, aunque hagas con todo tu amor, provoca una sensación de cansancio y frustración. Es necesario tener rutinas que te ayuden a descargar la tensión.
Algunas preguntas para identificar si tus emociones afectan a tu espalda:
Si tu dolor de espalda sigue estando a pesar de conseguir más tiempo y delegar responsabilidades, ahonda en tus emociones más profundas y aprende a escucharte.
- ¿Qué miedos aparecen cuando te planteas hacer un cambio en tu vida?
- ¿Cómo te sientes contigo y con la vida que estás construyendo?
- ¿Cómo es tu relación con el pasado y con tu futuro deseado?
- ¿Cómo es la relación que tienes con tus finanzas?
- ¿Cómo te sientes en tus relaciones amorosas?
- ¿Cómo te sientes en tu trabajo?
Todas estas preguntas pueden ayudarte a distinguir qué emociones aparecen de forma espontánea y aquellas que están más escondidas.
Esas emociones que con el paso de los años has ido escondiendo y dejando para después, pero que ahora salen a la luz en forma de dolor.
Te animamos a dar un repaso a cómo te encuentras en este momento e identificar si tu dolor de espalda puede relacionarse con tus emociones no manifestadas.
Si crees que esto puede resultarte difícil, tienes como apoyo algunos libros para guiarte:
También, como es natural, te animamos a cuidar esta pieza tan importante de tu cuerpo con buenas posturas, ejercicio diario y un buen descanso.
Aquí tienes una rutina para aliviar el dolor de espalda que puede ayudarte:
Solo tienes un cuerpo, cuídalo y disfrútalo.
😉