Lo que debes saber del Pilates en el Embarazo

El Pilates se ha popularizado como disciplina apta para practicar durante el embarazo, no sólo como una actividad física segura, sino como una forma de ejercicio que beneficia particularmente el cuerpo femenino frente a los cambios que experimenta a lo largo de la gestación.

Sin embargo, hay algunas consideraciones sumamente importantes a la hora de practicar Pilates durante el embarazo, debido a los cambios asociados que se producen en el cuerpo de la mujer.

¿Qué cambios producidos por el embarazo influyen en la práctica de ejercicio físico?

Durante la gestación el cuerpo femenino libera una hormona llamada relaxina, que permanece activa hasta un tiempo después del parto.

La relaxina tiene como finalidad «ablandar» los ligamentos y demás tejido conectivo con el fin de permitir que los huesos pélvicos se muevan y permitan el paso del bebé a través del canal de parto.

Esta hormona no afecta sólo a los ligamentos de los huesos pélvicos, sino que actúa globalmente sobre todos los ligamentos del cuerpo, incrementando de este modo el riesgo de lesión e inestabilidad.

Los estiramientos excesivos o mal dirigidos, o un ejercicio de alto impacto, la mala postura o alineación deficiente durante la práctica pueden aumentar considerablemente el riesgo de lesión en la mujer embarazada.

Por esta razón, la práctica del Pilates durante el embarazo tiene que prestar especial atención a los efectos que ejerce la relaxina en el cuerpo para evitar posibles lesiones.

Tumbarse boca arriba en el embarazo

Por otro lado, en fases más avanzadas del embarazo, tumbarse boca arriba para realizar algunos ejercicios puede provocar mareos debido al peso que ejerce el bebé sobre vasos sanguíneos importantes, lo cual suele bloquear el regreso de la sangre al corazón.

Esto ocurre generalmente cuando el bebé empieza a crecer y el volumen que ocupa no se limita  sólo a la parte baja de la pelvis (desde el principio del segundo trimestre). Por este motivo, practicar ejercicios boca arriba es recomendable durante el primer y segundo trimestre de embarazo y no después.

Durante el embarazo, el cambio de forma del cuerpo femenino determina su postura y la alineación de su columna y pelvis.

El crecimiento del vientre y de las mamas puede formar una lordosis lumbar más pronunciada (una curvatura mayor en la parte inferior de la espalda), provocar que los hombros se redondeen y desplazar la pelvis hacia delante.

Con el peso añadido estos cambios pueden forzar las articulaciones, los músculos y los ligamentos; y, con el efecto adicional de la hormona relaxina, algunas mujeres acaban sufriendo dolor de espalda, pelvis y articulaciones realizando posturas y ejercicios específicos.

El cambio en el cuerpo femenino limita asimismo las posiciones en las que la mujer puede practicar Pilates, es por ello que se recomienda asistir a clases dedicadas a mujeres embarazadas y realizar la práctica de la forma más segura y beneficiosa.

¿Puedo practicar Pilates en el embarazo?

Si llevas tiempo practicando Pilates y quieres seguir haciéndolo durante el embarazo, entonces es posible continuar bajo la supervisión de un monitor cualificado durante el primer trimestre. A partir del segundo trimestre deberás incluir modificaciones a la práctica de los ejercicios.

Si por el contrario, nunca has practicado Pilates y quieres asistir como alumna nueva, es fundamental que busques una clase especializada en Pilates para embarazadas, con un monitor con la formación y el conocimiento necesarios para trabajar con mujeres en esta etapa del ciclo vital sin correr ningún riesgo.

¿Qué beneficios ofrece el Pilates durante el embarazo?

  • Los ejercicios del pilates ayudan a la futura madre a mantener una buena postura y aliviar algunos de los dolores habituales del cambio que experimenta su cuerpo.
  • Le permite ser más consciente de las transformaciones  corporales que se van produciendo
  • Potencia el fortalecimiento y la tonificación de lo musculatura mediante los estiramientos.
  • Permite el acondicionamiento cardiovascular y mejora la respiración.
  • Fortalece la pared abdominal, lo que favorecerá la expulsión durante el trabajo de parto.
  • Contribuye a la prevención de la separación anormal de los músculos de la pared abdominal.
  • Ayuda a disminuir la lordosis lumbar
  • Fortalece la musculatura de las piernas, estimulando así la circulación sanguínea.
  • Fortalece la musculatura del tren superior, por lo que ayuda a adaptar la postura al aumento de peso y volumen del pecho.
  • Favorece el sueño y la concentración.
  • Durante el parto contribuye a un menor indice de cesáreas y partos de menor duración.
  •   Aumenta la conciencia corporal de las posturas durante el parto
  • Favorece la resistencia en el parto y la relajación
  • Después del parto contribuye a una recuperación rápida y fortalecimiento de la zona abdominal. Además de reducir los síntomas de incontinencia y estreñimiento.

Sin duda el Pilates aporta grandes beneficios a la madre tanto en el momento de la gestación, como durante el parto y el pos-parto.

Si estás interesada en probar los efectos de esta práctica durante tu embarazo, te sugerimos que consultes a tu médico si es recomendable en tu situación personal (ya que no todos los embarazos son iguales y hay casos en los que no se recomienda este tipo de ejercicios).

Y si es tu caso, busques un centro especializado para comenzar a disfrutar de esta práctica con la mayor seguridad para ti y tu bebé.

Libros recomendados para practicar Pilates en el Embarazo:

 

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