Si bien no todo el mundo celebra las tradiciones de Navidad de la misma forma, el fin de año nos acerca a casi todos a unos intensos momentos de reflexión e intención de mejorar.
Además de desear pasar el fin de año con nuestro seres queridos, la mayoría de nosotros hacemos un balance de lo que ha sido el transcurso del año de forma general. Cómo ha sido nuestra salud, nuestro desempeño profesional o educativo, nuestras relaciones personales, nuestra labor como padres, etc…
Teniendo como resultado una lista de aciertos y satisfacciones, pero también de cosas que nos gustaría hacer mejor o cambiar.
Este pequeño examen de conciencia que nos invade en época de navidad muchas veces viene acompañado de sentimientos negativos hacia nosotros mismos. Por ejemplo de culpa, por no haber hecho muchas cosas que debíamos hacer; de frustración, por no haber conseguido las metas que nos habíamos propuesto; tristeza por aquello en lo que actuamos de forma incorrecta.
Pero también sentimientos negativos hacia los demás, como pueden ser la desilusión, los celos, la indignación o la decepción por actitudes y hechos provenientes de las personas que nos rodean (nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, etc…)
Por ello, ahora que estamos en una época de reflexión y de compartir momentos en familia, más que nunca el trabajo debe ser personal.
Hacer una «limpieza» de todos estos sentimientos negativos o esta tristeza que pueden aparecer en fin de año depende exclusivamente de nosotros.
Esta Navidad, más amor y comprensión
Es momento de ser comprensivos y de aprender a perdonar aquello que puede molestarnos del otro. Entender que la otra persona tiene un mundo a sus espaldas con el que también lucha cada día.
Es tiempo también de ser más indulgentes con nosotros mismos, con lo que no nos gusta de nuestra forma de ser y actuar. Aceptar que no somos perfectos y tratarnos con amor es también un buen propósito para comenzar el nuevo año.
Este año por Navidad te invito a que regales más amor y comprensión, tanto a quienes te rodean como a ti mismo. No hay mejor forma de demostrar amor que la de aceptar al otro tal y como es.
Aquí te dejo un fragmento del libro de Christian Bobin «Autorretrato con radiador» que me parece ideal para leer y meditar en estas fechas y sobre todo para celebrar una Navidad y un fin de año con más amor y comprensión:
«Hacer siempre el esfuerzo de pensar en lo que está ante ti, prestarle una atención real, mantenida, no olvidar ni un segundo que al que o a la que hablas, viene de otro sitio, que sus gustos, sus pensamientos o sus gestos han sido formados por una larga historia, poblada por muchas cosas y por otras personas que tú nunca conocerás.
Acordarte siempre de que al que o a la que miras no te debe nada, no forman parte de tu mundo, no hay nadie en tu mundo, ni tan siquiera tú.
Este ejercicio mental, que pone en movimiento el pensamiento y también la imaginación, es un poco austero, pero te conduce al gozo mayor que exista: amar al o a la que está ante ti, amarlo por ser como es, un enigma, y no por ser lo que crees, lo que temes, lo que confías, lo que esperas, lo que buscas, lo que quieres.»
Si deseas leer el libro Autorretrato con radiador puedes encontrarlo AQUÍ
Me despido deseándote una Navidad llena de buenos momentos, alegría, amor y comprensión, hacia ti y hacia los demás.
Un abrazo
Gabriela L.